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Mostrando las entradas etiquetadas como salud

LA PARTE OSCURA DE LA EMPATÍA

1) Existe el sesgo de disponibilidad. Los sucesos inusuales captan nuestra atención y provocan respuestas emocionales. Es decir, los sucesos nuevos son relevantes, los sucesos que se dan día a día pasan a ser ignorados.  2) La empatía refleja nuestros prejuicios. Es más fácil empatizar con personas cercanas y afines. Empatizamos, más fácilmente, por ejemplo, con aquellos que son de nuestro equipo de fútbol que del equipo contrario.  3) Podemos empatizar según la situación. Por ejemplo, se siente más empatía por las personas que han contraído el sida por una transfusión sanguínea que por las personas que lo han contraído por drogarse.  4) No se puede sentir empatía por más de una persona al mismo tiempo. Se puede sentir la tragedia de un niño muerto cuando sale en las noticias pero, no las muertes de miles de niños en todo el mundo que se están produciendo ese mismo día.  5) No siempre la empatía conlleva buenas acciones. Tener una alta empatía no nos hace buenas personas y tener poca

EL LOBITO QUE TENÍA HAMBRE

Había una vez, en un bosque muy verde, un lobito que tenía hambre.  Buscando y rebuscando entre las malas hierbas, vio una cabra que tenía dos cabritillos. Iba a zamparse a los dos cuando la madre cabra le dijo: - ¡No me dejes sin hijos!, harán una carrera. El que quede último, te lo daré. Tú, quédate en la meta.- Salieron los dos disparados y, al llegar a la meta, los dos a la vez, en lugar de pararse, le dieron tal golpe que lo dejaron aturdido y dando vueltas… De las vueltas que dió, llegó a donde había una yegua descansando con su potrillo. El lobito quería devorar a su hijito, tal como había querido con los cabritillos. La yegua le dijo: -Si me lo matas, ¡¿Quién me sacará el pincho que tengo en la pata?! Si me lo sacas, te daré mi potrillo.-  Al confiarse y cogerle la pata, ¡Pam! La yegua le dio tal coz que lo dejó medio muerto.  Con las últimas energías, el lobito se acercó al río, con la intención de limpiarse la sangre que le salía de la cabeza. Al levantar la vista, vió una ce

¿ALZHEIMER?

¿Os olvidáis de la contraseña del móvil o del portátil? En ocasiones, pensé que esta memoria procedimental era síntoma de Alzheimer precoz y que solo me pasaba a mí. Más tarde, descubrí que le pasaba a más personas y que tenía su explicación: los recursos cognitivos se invierten en otras cosas más necesarias, dónde sí es importante hacer uso de la memoria declarativa. A todos nos pasa que no nos sale la contraseña del móvil o del portátil, conscientemente, debido a que lo hacemos, automáticamente, sin pensar, solo moviendo los dedos.  A medida que desarrollamos mayor habilidad, la necesidad declarativa pierde peso y con ello la actividad en el córtex prefrontal y en el hipocampo (memorizar instrucciones, ya no es necesario), quedando al mando los ganglios basales, responsables de la memoria procedimental.  Elisabet Aguiló  Psicóloga  Coach especialista en nutrición y salud