Si salió bien, creemos que fue una buena decisión. Si salió mal, asumimos lo contrario. O como en muchos casos le concedemos el beneplacito de lo sobrenatural: ¡ ahh sido gracias lo divino, a dios,!. O por el desenlace del azar o la buena fortuna: ¡Gracias la suerte!. Con esto quiero decir que el sesgo del resultado es como mirar una foto y pensar que conoces la historia. Conviertiendose en una ilusión. Te explico, lo importante no es la imagen final, sino lo que pasó entre cada toma de dicha foto.Por ejemplo, hoy en dia vemos la obra de Vincent Van Gogh, la de sus girasoles o su noche estrellada y es fácil decir: “Claro que era un genio” pero eso es solo el sesgo de resultado.
Pero la realidad no funciona así. Es mucho más compleja.
En los negocios especialmente, donde las situaciones y problemas rara vez son unidimensionales. Esto nos lleva a una verdad crítica. Juzgar la calidad de tus decisiones por cómo han salido. Tienes que analizarlas por cómo las tomaste. Por si fueron lógicas, valientes, o razonadas. Por si respondían a lo que sabías en ese momento. Porque si no lo haces así, solo aprenderás de la suerte. Y eso no es aprendizaje. Si acaso, superstición.Y te acondicionaras a ello.
La pregunta no es: “¿salió bien?”
La pregunta es: “¿volvería a hacerlo igual, sabiendo lo que sabía entonces?”
Esa es quizás la brújula que merece la pena observar.
La neurociencia
Nos ha dejado algunos principios generales. Los científicos pensaban que nuestros cerebros eran como máquinas: una vez formados, no cambiaban. Ahora sabemos que nuestros cerebros evolucionan continuamente.
¿Pero qué es la neuroplasticidad ?
El cerebro cambia literalmente sus conexiones físicas y comportamiento en respuesta a nueva información. Lo que esto significa para nosotros es que todo lo que vemos, leemos, escuchamos y experimentamos, como emprendedores, tiene un impacto en nuestros cerebros reales.
La buena noticia es que esto significa que podemos literalmente reorganizar nuestros cerebros al darles nueva información, y podemos incrustar cualquier información que nos pueda beneficiar.
La mala noticia es que también podemos cablear nuestro cerebro de manera negativa. Si nos nutrimos de malas noticias y negatividad estamos “cableando” nuestro cerebro a lo negativo. Si solo tenemos pesimistas en nuestro entorno, estamos dando a nuestro cerebro un constante flujo de pesimismo para crear conexiones.
Al igual que en la comida, la buena nutrición es igual a más
salud. Las buenas entradas de información nos dan una mente fuerte.
Plantea que la improvisación y el juego creativo no son solo herramientas artísticas, sino procesos universales que activan la mente, fomentan la adaptabilidad y desbloquean el potencial humano.(2)
Por ello la neuroeducación se nutre de los fundamentos teóricos de Stephen: combina neurociencia, pedagogía y psicología para diseñar experiencias de aprendizaje alineadas con el funcionamiento real del cerebro. Uno de sus pilares es la plasticidad cerebral, la capacidad del cerebro para reorganizarse y generar nuevas conexiones neuronales a lo largo de la vida.
Conexión con el mundo empresarial
En el entorno corporativo actual —marcado por la incertidumbre, la innovación constante y la necesidad de aprendizaje continuo— esta combinación es especialmente relevante:
- Improvisación como competencia clave
Tal como señala Nachmanovitch, la improvisación entrena la respuesta rápida y creativa ante lo inesperado. Esto se traduce en empleados más ágiles y resolutivos frente a cambios de mercado o crisis internas.
- Plasticidad cerebral y aprendizaje continuo
La neurociencia demuestra que el cerebro puede seguir desarrollando habilidades y adaptándose a nuevas funciones en cualquier etapa de la vida. Esto rompe el mito de que la capacidad de aprender disminuye drásticamente con la edad, y abre la puerta a planes de formación para toda la plantilla.
- Formación experiencial y multisensorial
La neuroeducación recomienda experiencias prácticas, colaborativas y emocionalmente significativas para consolidar el aprendizaje. Los talleres de improvisación, role-playing y simulaciones empresariales cumplen con estos criterios.
Integrar la teoria de Stephen Nachmanovitch a nuestra vida diaria, al ejercicio profesional y en la formación corporativa, en los principios de la neuroeducación y la plasticidad cerebral, no es solo una tendencia, sino una estrategia para construir una cultura empresarial ágil, creativa y a unos sujetos sociales ( osea a nosotras mismas) preparada para el futuro de forma mas aseriva y abierta a los cambios y ha detectar las oportunidades que conlleva en nuestro sector laboral, y/o abrir caminos nuevos .
(2) The Art of Is: Improvising as a Way of Life 2019 New World Library
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