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Mostrando las entradas etiquetadas como cuentos reflexivos

LA PARTE OSCURA DE LA EMPATÍA

1) Existe el sesgo de disponibilidad. Los sucesos inusuales captan nuestra atención y provocan respuestas emocionales. Es decir, los sucesos nuevos son relevantes, los sucesos que se dan día a día pasan a ser ignorados.  2) La empatía refleja nuestros prejuicios. Es más fácil empatizar con personas cercanas y afines. Empatizamos, más fácilmente, por ejemplo, con aquellos que son de nuestro equipo de fútbol que del equipo contrario.  3) Podemos empatizar según la situación. Por ejemplo, se siente más empatía por las personas que han contraído el sida por una transfusión sanguínea que por las personas que lo han contraído por drogarse.  4) No se puede sentir empatía por más de una persona al mismo tiempo. Se puede sentir la tragedia de un niño muerto cuando sale en las noticias pero, no las muertes de miles de niños en todo el mundo que se están produciendo ese mismo día.  5) No siempre la empatía conlleva buenas acciones. Tener una alta empatía no nos hace buenas personas y tener poca

NICO Y LOS 50 PACIENTES

Había una vez, en un sitio más surrealista que en el que vivimos (y eso ya es decir), un curador de almas, que como su nombre indica estaba destinado a sanar las almas atormentadas. Aquí, en la Tierra, tenemos las pastillas de la depresión o los psicólogos, en ese mundo, ni las pastillas ni los psicólogos servían para nada, todos los tristes se servían de las manos del curador para estar mejor.  En ese mundo, el curador de almas tenía tantos pacientes que solo atendía a grupos de 50 personas, sí, las pobres almas tenían que ir juntas.  El curador, tenía un hijo, fruto de la unión con Mar, una sirena terrenal (a veces, a esta le daban dolores de cabeza, pues no estaba en el mar y, estar en tierra era cosa de años, costaba lo suyo habituarse), al que llamaremos Nico. Este niño tenía una extraña enfermedad, pues podría morir si no le daban su ración de chocolate diaria. Razón por la cual, los pacientes del curador de almas, le daban un bombón diario como forma de pago (el chocolate era mu

EL RAYO DE ENERGÍA QUE QUERÍA SER

Había una vez, un rayo de energía perdido en el universo infinito que sentía envidia de los seres inertes que había en la Tierra.  Dios, la vio, se compadeció y le preguntó: “¿Qué quieres ser?” Y respondió: “papel”.  “Dame un motivo” dijo Dios.  La materia contestó: “La gente hace barcos de papel y me gustaría navegar en su fantasía”. Entonces, apareció en un pupitre, junto con niños jugando a navegar. Sin querer, una ráfaga de viento, lo empujó por la ventana y se cayó en un charco de agua, deshaciéndolo.  Dios, apareciendo de nuevo, le volvió a preguntar:  “Esta vez ¿Qué quieres ser?” Y respondió: “Tijeras”.  “Dame un motivo” dijo Dios.  El rayo contestó: “…pues me gusta ayudar a la gente a cortar lo que no quiere en su vida (por ejemplo, me gustaría ayudar a alguna mujer a verse mejor, cortando sus cejas peludas)”.  No obstante, apareció en las manos de un jardinero y lo que ayudaba a cortar no eran cejas, eran flores. El rayo en forma de tijeras empezó a llorar y a llorar….pues no