A veces, se confunde felicidad con la alegría. No obstante, la felicidad no es un estado de ánimo. No es un “hoy me siento bien, hoy me siento mal”; “hoy me siento feliz, hoy me siento infeliz”. Si hoy no eres feliz, mañana no serás feliz tampoco (excepto que hagas cosas diferentes). La felicidad, tampoco, consiste en tener mil y una experiencias placenteras que nos producen alegría. La felicidad es un proceso más complejo y tiene más que ver con la existencia de expectativas (de motivaciones, objetivos de vida) más que el bienestar presente. Son las expectativas, las que nos motivan y energizan a caminar en una dirección, sin ellas, solo podemos experimentar infelicidad. Para entender la felicidad, podemos utilizar la explicación de Martin Seligman, para él la felicidad se construye no por placeres externos momentáneos, sino cuando se obtienen pequeños placeres de la vida, por el flow (estar inmerso en actividades), por las relaciones sociales, por el...